Se trata de un programa de participación voluntaria, que ofrece acompañamiento profesional interdisciplinario y transdisciplinario a trabajadores en quienes se identifique obesidad grado 1, 2 y 3, y que propone mejorar la calidad de vida, tanto en el ámbito personal como laboral.
El equipo profesional que realiza este acompañamiento está conformado por una nutricionista, una psicóloga y acompañante terapéutica, además de los médicos del departamento que aportan su asesoramiento.
Lo que ofrece el equipo puntualmente es un trabajo de acompañamiento y seguimiento, es decir, realizan un diagnóstico presuntivo, asesoran al trabajador en relación a los chequeos y estudios que necesita hacerse y a los profesionales que tiene que consultar para llevar adelante el tratamiento. Luego, lo acompañan durante todo el proceso por medio de diversos canales de comunicación.
“El objetivo principal es llevar al trabajador la posibilidad de revertir esta situación, porque la obesidad es una enfermedad que estigmatiza, produce mucho dolor y soledad y es difícil de reconocer, porque está normalizada”, enfatizó la nutricionista del programa, Verónica Pelufo.
Desde su inicio, el programa tuvo alrededor de 200 personas contactadas. En este momento, 70 personas están comprometidas de forma activa con el programa y reciben el acompañamiento de todo el equipo profesional del área de Medicina Laboral.
Cómo se desarrolla
Los trabajadores llegan al programa de distintas maneras. Algunos porque los médicos de la Empresa detectan los casos de obesidad a partir de los estudios que tienen que hacerse de forma periódica. Y otros se acercan de manera voluntaria porque leyeron o escucharon sobre el programa.
La primera comunicación para invitar al trabajador a participar del programa la realiza la acompañante terapéutica, Luciana Aliendro, quien se comunica de forma telefónica. Este contacto es muy importante porque es el primer acercamiento que el trabajador va a tener con el programa. Lo que ella pueda explicar y transmitir puede definir que la persona se acerque.
“Por eso, intento ser muy asertiva en la comunicación, tener paciencia, dar explicaciones claras e información concreta, que les sirva para dar el primer paso y venir a la entrevista o coordinar para que hagamos una videollamada. Y dos días antes de la entrevista vuelvo a llamarlos o les envío un mensaje recordatorio”, aseguró Luciana Aliendro.
Las entrevistas por videollamada son otra posibilidad que implementaron con muy buenos resultados. Esta modalidad permite por un lado, llegar con el programa a trabajadores de toda la provincia. Y por otro lado, es una solución para trabajadores que por distintas razones no tienen tiempo para acudir a una entrevista presencial o que puedan sentirse muy expuestos y esto resulte un impedimento para comenzar a recibir ayuda.
Así lo remarcó la psicóloga del programa, Ivana Acosta: “La obesidad es una enfermedad que genera mucha resistencia y negación, por eso a veces cuesta que den el primer paso y se acerquen. Además, es una enfermedad multifactorial que afecta muchísimo a la autoestima y tiene vínculo con la emocionalidad, por eso el abordaje tiene que ser transdisciplinario”.
Como parte del trabajo, el equipo sostiene reuniones semanales para evaluar las estrategias que implementan: “Vamos viendo lo que funciona y lo que no y en base a eso diseñamos nuevas propuestas. Los médicos que trabajan en el Departamento también realizan aportes, sobretodo en la evaluación de los estudios sobre el estado clínico de cada trabajador y sobre enfermedades concomitantes que puedan tener”, aseguró Verónica Pelufo.
Los trabajadores llegan al programa de distintas maneras. Algunos porque los médicos de la Empresa detectan los casos de obesidad a partir de los estudios que tienen que hacerse de forma periódica. Y otros se acercan de manera voluntaria porque leyeron o escucharon sobre el programa.
La primera comunicación para invitar al trabajador a participar del programa la realiza la acompañante terapéutica, Luciana Aliendro, quien se comunica de forma telefónica. Este contacto es muy importante porque es el primer acercamiento que el trabajador va a tener con el programa. Lo que ella pueda explicar y transmitir puede definir que la persona se acerque.
“Por eso, intento ser muy asertiva en la comunicación, tener paciencia, dar explicaciones claras e información concreta, que les sirva para dar el primer paso y venir a la entrevista o coordinar para que hagamos una videollamada. Y dos días antes de la entrevista vuelvo a llamarlos o les envío un mensaje recordatorio”, aseguró Luciana Aliendro.
Las entrevistas por videollamada son otra posibilidad que implementaron con muy buenos resultados. Esta modalidad permite por un lado, llegar con el programa a trabajadores de toda la provincia. Y por otro lado, es una solución para trabajadores que por distintas razones no tienen tiempo para acudir a una entrevista presencial o que puedan sentirse muy expuestos y esto resulte un impedimento para comenzar a recibir ayuda.
Así lo remarcó la psicóloga del programa, Ivana Acosta: “La obesidad es una enfermedad que genera mucha resistencia y negación, por eso a veces cuesta que den el primer paso y se acerquen. Además, es una enfermedad multifactorial que afecta muchísimo a la autoestima y tiene vínculo con la emocionalidad, por eso el abordaje tiene que ser transdisciplinario”.
Como parte del trabajo, el equipo sostiene reuniones semanales para evaluar las estrategias que implementan: “Vamos viendo lo que funciona y lo que no y en base a eso diseñamos nuevas propuestas. Los médicos que trabajan en el Departamento también realizan aportes, sobretodo en la evaluación de los estudios sobre el estado clínico de cada trabajador y sobre enfermedades concomitantes que puedan tener”, aseguró Verónica Pelufo.
Caso por caso, persona por persona
Algo para destacar, es el acompañamiento diario que sostienen con cada una de las personas que participa del programa por medio de un grupo de Whats App, que crearon especialmente para este fin.
“Nos envían fotos de cuando salen a caminar, de la botella de agua que están tomando o nos cuentan qué están comiendo, e incluso nos cuentan cómo se sienten ese día. El grupo de Whats App se convirtió en una herramienta muy importante para lograr esa comunicación y esa conexión todos los días”, enfatizó Luciana Aliendro.
El abordaje que realizan es integral. Tanto para la evaluación física, psíquica y nutricional, como para el diseño de estrategias de acompañamiento y de sostén emocional tienen en cuenta una gran variedad de factores que determinan cómo es la realidad y la cotidianeidad de esa persona en particular.
Ivana Acosta expresó al respecto: “Nosotras evaluamos cuál es la situación real de cada persona, cuál es su psicoambiente, cuántas horas trabaja y en qué tipo de entorno, cuántas horas descansa por día, cómo está conformado su ambiente familiar y cuánta ayuda podría recibir, entre otras cosas. Esto nos permite pensar y ofrecerle recursos adaptados a su situación actual y posibilidades que realmente le sirvan para mejorar su calidad de vida. Por ejemplo, llegaron al programa personas que no podían mirarse al espejo y después de un tiempo nos contaron que, no solamente se sentían bien con ellos mismos, sino que incluso cambió su motivación para ir a trabajar. Y para nosotras eso es un gran logro”.
Algo para destacar, es el acompañamiento diario que sostienen con cada una de las personas que participa del programa por medio de un grupo de Whats App, que crearon especialmente para este fin.
“Nos envían fotos de cuando salen a caminar, de la botella de agua que están tomando o nos cuentan qué están comiendo, e incluso nos cuentan cómo se sienten ese día. El grupo de Whats App se convirtió en una herramienta muy importante para lograr esa comunicación y esa conexión todos los días”, enfatizó Luciana Aliendro.
El abordaje que realizan es integral. Tanto para la evaluación física, psíquica y nutricional, como para el diseño de estrategias de acompañamiento y de sostén emocional tienen en cuenta una gran variedad de factores que determinan cómo es la realidad y la cotidianeidad de esa persona en particular.
Ivana Acosta expresó al respecto: “Nosotras evaluamos cuál es la situación real de cada persona, cuál es su psicoambiente, cuántas horas trabaja y en qué tipo de entorno, cuántas horas descansa por día, cómo está conformado su ambiente familiar y cuánta ayuda podría recibir, entre otras cosas. Esto nos permite pensar y ofrecerle recursos adaptados a su situación actual y posibilidades que realmente le sirvan para mejorar su calidad de vida. Por ejemplo, llegaron al programa personas que no podían mirarse al espejo y después de un tiempo nos contaron que, no solamente se sentían bien con ellos mismos, sino que incluso cambió su motivación para ir a trabajar. Y para nosotras eso es un gran logro”.