Generando una gran polémica a nivel local y provincial, el intendente Oscar Santarelli envió al Concejo Deliberante un proyecto para limitar (prohibir en los hechos) el turismo estudiantil en Villa General Belgrano.
Lo insólito de la propuesta del jefe municipal, es que se pretende regular algo que nunca existió ni existe en Villa General Belgrano y que por las características de la ciudad difícilmente ocurrirá en el futuro.
En los fundamentos de la ordenanza se sostiene que la llegada del turismo de estudiantes atentaría contra el perfil de Villa General Belgrano como localidad destino para grupos familiares y parejas. Por esta razón se propone cobrar altas tasas a los hoteles y agencias que se dediquen a esta actividad con el fin de evitar que lo hagan.
En los hechos difícilmente ocurrirá lo que pretende prohibir el titular del Departamento Ejecutivo. En primer lugar porque la ciudad no tiene tanta capacidad hotelera como para resignar una gran cantidad de piezas para un segmento que deja poca rentabilidad sino es multitudinario.
Los hoteleros y gastronómicos de Villa General Belgrano siempre apuntaron a un perfil de turistas de alto poder adquisitivo y eso se observa en las tarifas que aplican. Optar por los estudiantes dejaría de lado este criterio, algo muy difícil que ocurra más allá de la regulación que pretende realizar Santarelli.
El intendente quiere que a Villa General Belgrano sólo vengan familias y parejas. Sin embargo, durante las multitudinarias ediciones de la Fiesta de la Cerveza muchos hoteles, hosterías y posadas se colman de jóvenes, sin que nadie diga nada ni proteste. Eso marcaría una contradicción.
Otro elemento que conspira para convertir a esta localidad en destino del turismo estudiantil es la falta de discotecas bailables.
En consecuencia, por las elevadas tarifas vigentes, la tradición de décadas, la ausencia de suficiente infraestructura de alojamiento y de boliches, resulta innecesario e inviable lo que pretende realizar Santarellí.