Los pumas son el felino más grande que habita en la provincia y tienen como hábitat natural zonas serranas, pastizales, monte y bosques. En general evitan zonas urbanas y periurbanas, aunque se los puede observar en ocasiones en zonas de cultivo.
Un ejemplar adulto de puma puede llegar a pesar entre 40 y 80 kilos con tamaños diferentes según el sexo, ya que la hembra es más chica que el macho. Es un animal territorial y solitario, de hábitos crepusculares y nocturnos. Es muy ágil, experto trepador y rápido. Es además carnívoro y caza al acecho, lo que significa que no realiza carreras largas para atrapar a sus presas, sino que espera sigilosamente a que se presente la oportunidad de cazarlas.
En Córdoba, cada año se registran casos de crías de pumas capturadas para el mascotismo, hecho ilegal y prohibido por la legislación ambiental. Cuando un cachorro de puma crece ya no puede ser mantenido en las viviendas de sus captores y tampoco puede ser devuelto a su hábitat natural ya que no ha aprendido a cazar.
Qué hacer ante el avistaje de pumas en zonas urbanas
En cada caso, especialistas de la Secretaría de Ambiente y Policía Ambiental, ambas reparticiones dependientes del Ministerio de Coordinación del Gobierno de la Provincia, explican a través de su trabajo articulado que la respuesta correcta ante estas situaciones es clave, debido a que la fauna autóctona requiere de protección, respeto y cuidado por parte de las personas. Pautas a seguir:
Mantener distancia y resguardarse.
Evitar corridas, gritos o ruidos fuertes para que el ejemplar no se sienta amenazado.
No intentar capturarlo ni acorralarlo.
No intentar alimentarlo.
En lo posible mantener iluminación nocturna fuera de la vivienda y zona de corrales.
Encerrar la hacienda en corrales cercanos a las casas durante la noche.
Eliminar restos de animales muertos de la zona peri-doméstica.