MENÚ

jueves, 31 de julio de 2025

UNA PELOTUDEZ...

Ya lo dijo el "negro fontanarrosa" hace tiempo..."𝓝𝓸 𝓮𝓼 𝓵𝓸 𝓶𝓲𝓼𝓶𝓸 𝓭𝓮𝓬𝓲𝓻 𝔃𝓸𝓷𝔃𝓸, 𝓺𝓾𝓮 𝓭𝓮𝓬𝓲𝓻 𝓹𝓮𝓵𝓸𝓽𝓾𝓭𝓸"

“𝐏𝐞𝐥𝐨𝐭𝐮𝐝𝐨” 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐞𝐬𝐭á 𝐢𝐧𝐜𝐨𝐫𝐩𝐨𝐫𝐚𝐝𝐨 𝐚𝐥 𝐝𝐢𝐜𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐑𝐞𝐚𝐥 𝐀𝐜𝐚𝐝𝐞𝐦𝐢𝐚 𝐄𝐬𝐩𝐚ñ𝐨𝐥𝐚

La Real Academia Española (RAE) sumó oficialmente al diccionario el insulto “pelotudo”, uno de los términos más utilizados en el español rioplatense. Según la definición publicada, se trata de una palabra usada en Argentina y Chile para referirse a una persona “que tiene pocas luces o que obra como si las tuviera”. Aclaran además que se trata de un insulto de uso informal, habitual en contextos coloquiales.
adj. Am. coloq. Tonto (de corto entendimiento, o propio de la persona así).
adj/sust. Pe, Bo; Py, Ar, Ur, vulg; Co, Ec, Ch, pop ^ desp. Referido a persona, que es o actúa de modo poco inteligente o ingenuo.

La fábula del pelotudo por ROBERTO FONTANARROSA:

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas se divertían con el pelotudo del pueblo. Un pobre infeliz de poca inteligencia, que vivía haciendo pequeños mandados y recibiendo limosnas.
Diariamente, algunos hombres llamaban al pelotudo al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centavos y otra de menor tamaño, pero de 1 peso. Él siempre agarraba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:
– Lo sé, no soy tan pelotudo…, vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba y no voy a ganar más mi moneda. Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
La primera: Quien parece pelotudo, no siempre lo es.
La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos pelotudos de la historia?
La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos
La cuarta: (pero la conclusión más interesante) Podemos estar bien, aún cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan los demás de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo
MORALEJA:
«El verdadero hombre inteligente es el que aparenta ser pelotudo delante de un pelotudo que aparenta ser inteligente»